Take me back to the place that I know on the beach(8) [privado]

Decidió venir a la playa porque la ballena había estado luciendo desanimada, así que tuvo la gran idea de traerla a darse un chapuzón.

Estaba solo, con excepción del mamífero y Tony que corría por la arena con un cubo y una pala en las manos, puesto que había reservado aquella parte de la playa para sí mismo, y ahora se entretenía frente a una parrilla en la que estaba asando carne para sus hamburguesas.

Rió cuando Tony comenzó a intentar enterrarle las aletas de los pies con arena mientras él cocinaba y la ballena se sumergía en el mar.

-Ah~ ya nos estaba haciendo falta salir a relajarnos después de tanto trabajo pesado, right?- exclamó, sin esperar respuesta, mirando el cielo despejado y brillante mientras se ajustaba los googles por encima de los cabellos.

Por cierto, traía un traje de baño como éste como éste.

Allá a los lejos a la orilla del mar, caminaba Rusia sonriendo debido al adorable clima ante el cual se encontraba expuesto. Hace mucho que deseaba visitar con ansias un lugar así. Cree que ha sido invitado, pero con todo descaro pensara que a la gente se le ha olvidado hacerlo.

Llevaba puesto éste traje de baño y su bufanda como siempre, sin importar qué, alrededor del cuello. Llevaba consigo su secretamente sospechosa mochila de mano, mientras seguía caminando como si nada.

- Ah, que lugar. Algún día tendré uno así~

Colocó una nueva tanda de carne cruda sobre la parrilla, aspirando el delicioso aroma que producía al comenzar a cocinarse. Había colocado ya una gran pila de carne lista para consumir sobre un plato y estiró la mano para darle una a Tony, que aún pululaba alrededor de sus pies.

-Ya casi está listo, y después de comer tendremos nuestra fiesta playera, ok?- exclamó en voz alta, pensando en si sería mejor jugar primero voleyball playero o con el frizby, o si sería buena idea hacer surf sobre la ballena.

Estaba pensando en ello, con la vista fija en el horizonte, cuando notó que alguien se acercaba por la orilla de la playa. Frunció el cejo, preguntándose quién podría atreverse a irrumpir en el área delimitada para su uso personal y en qué rayos estarían haciendo sus MIB en esos momentos.

Ah, es verdad. Se había topado con unos agradables señores de negro por ahí... parecieron agradables al principio, pero cuando le colocaron una mano encima, digamos que... tal vez tarden en contarle a alguien lo que les sucedió. Pensaba, de una formas un tanto distorsionada, que la gente de América parecía ser bastante divertida manejable. Excepto por su mero representante...

-¿Hm?

Se detuvo poco a poco al percibir el olor a grasa carne, sin notar nada más.

-¿Ustedes invitaron a alguien más?- preguntó, sin dejar de ver hacia el pequeño punto a la distancia.

El alien y la ballena no le prestaron mucha atención, demasiado ocupados en sus propios asuntos, y él suspiró, frunciendo el cejo. No era que le molestara tener visitas, pero no podía dejar de pensar en lo raro que era que nadie le hubiese impedido avanzar hasta ese punto.

-Oh, bueno, será alguien a quien salvé en el pasado y desea darme las gracias personalmente.- adivinó, sonriendo.

Desenterró las aletas de la arena y avanzó un poco hacia el frente, preguntándose cuál sería la mejor manera de aceptar sus obsequios.

-¡No tendrías que haberte molestado!- medio exclamó, sonriente, mientras practicaba el recibimiento con su mejor sonrisa.

Observó curioso como algo se movía hacia él. Ciertamente, ante sus ojos, fuera quien fuera necesitaba una dieta urgente. Bueno, ha de tener el autoestima lo suficientemente grande para colocarse un traje de baño.

Meneó su mano derecha a la altura de su cara al verlo aproximarse. Conforme lo hacia, empezó a reconocer más la figura.

En realidad ya sabía de quien se trataba, pero era divertido tener pensamientos de aquellos.

Finalmente se echó a andar hacia la figura que se acercaba. Llevaba los brazos extendidos en actitud cordial, de bienvenida, y aún en voz baja susurraba posibles cosas que pudiera decirle para agradecer su visita.

Arqueó un poco las cejas, sin embargo, cuando reparó en el tamaño del visitante. Parecía bastante más grande que el promedio por no decir que se veía gordo, y se ajustó los anteojos con una mano, forzando a su vista. Si no se equivocaba, estaba vistiendo una bufanda...

-¿Quién usa bufanda en la playa?- se burló en voz baja, medio sonriendo.

Notó las manos extendidas del otro. Primero miró con curiosidad aquellos movimientos y después sonrió. - Vaya, América-kun, no sabia que algún día me recibirías con los brazos abiertos, - dijo de pronto.

La sonrisa murió en sus labios cuando escuchó aquella voz. Bajó ambos brazos a la vez, y prácticamente se detuvo.

-Ah, Rusia.- dijo, con voz medianamente alegre que intentaba opacar su sorpresa. -Lo siento, pensé que sería alguien importante.- se apresuró a añadir, sonriendo una vez más, con ese gesto despreocupado.

-¿Qué haces por aquí?- preguntó, y sus ojos vagaron alrededor de él disimuladamente, preguntándose con más ansiedad qué estarían haciendo sus guardaespaldas y pensando en los muchos castigos posibles para ellos. -¿Has venido personalmente a agradecer por el trabajo que estoy haciendo para salvar al mundo? No debiste molestarte.

Ignoró lo primero que dijo y al ver como los ojos del otro paseaban, quiso contribuir con algo simple. - Oh, fue bastante fácil venir por aquí. Me encontré con unos sujetos de negro. Quiero decir que... fueron divertidos, uhuhum~

- Pero un tanto groseros, - añadió y su sonrisa desapareció por unos segundos, antes de volver a regresar. - Claro, sobretodo porque ayudas bastante con el calentamiento global~

-¡Ah!- exclamó el americano, sintiendo cómo se le tensaba la mandíbula. -Claro, claro, seguramente serían los encargados de limpieza si claro, suelen ponerse toscos si alguien amenaza con ensuciar el entorno. Seguramente les llegó el aroma a gas. ¿Sabías que construír conductos de gas bajo el mar puede tener consecuencias catastróficas?- rió despreocupadamente, intentando parecer casual, y luego retrocedió un paso. -¿Te quedas un rato? Mis amigos y yo vamos a tener una fiesta en la playa.

Pero estos conductos serán perfectos y no se llevará la misma decepción como con lo de antes-Leningrado...

Así que mejor ríe y prefiere responder a lo último. - Suena bien, no quisiera rechazarlo, pero... - se detiene y después lo observa dedicándole el mismo tonó que el americano usaba con él, - No creas que vine sólo así. También te traje un regalo~

Sintió cómo sus anteojos resbalaban un poco por el puente de su nariz. Siendo Rusia, ya se imaginaba la clase de cosas que podía esperarse, pero aún así la simple mención de "regalo" y mucho más siendo no esperado lo hacía sentirse emocionado, así que no pudo evitar sonreír ampliamente.

-Vaya, ¿de verdad?- inquirió, reacomodándose los lentes con la mano en la que no sostenía el tenedor para la parrillada. Y ahora que lo pensaba, empezaba a oler a quemado.

Mete una mano a su mochila y empieza a buscar la cajita.

- Si, veras, me dolió mucho no poder satisfacer a tu jefe de ese entonces sobre sus pedidos y también por lo de tu cumpleaños... era realmente difícil hacerlos de tu medida, por lo que después de mi avanzada tecnología pude lograrlos ahora sí a tu tamaño. - explicó, sacando algo de pronto, - ¡¡Así que te traje... esto!

Se quedó un rato mirando lo que Rusia sostenía entre sus dedos, y después rió en voz alta.

-¡WOW! No debiste molestarte, de verdad, mi jefe comprende que tu tecnología pasada de moda no puede permitirse la fabricación de muchos accesorios de uso común. -extendió su mano para recibir el obsequio, sin dejar de sonreír. -¿Qué es? ¿Una funda para mondadientes? Que interesante, aunque me resulta difícil imaginar que te costara tanto trabajo hacerlo siendo que son medidas estándares para la gente de tu casa.

Rió de la misma forma durante un par de segundos, siguiéndole el paso.

- ¿En serio? - su rostro se ensombreció. - Pues no es así, podría comprobártelo ahora y...

Empezó a olfatear y su rostro se tornó un tanto curioso. - ¿Hm? ¿Qué es ese olor?

-Eso mismo me estoy preguntando desde que llegaste, pero debo suponer que sólo eres tú.- repuso el americano, riendo despreocupadamente.

Sin embargo, el aroma a quemado se había vuelto mucho más intenso, y cuando se giró pudo ver cómo la carne que había dejado en la parrilla se había encendido y el alien intentaba apagarlo con un cubo lleno de arena.

-¡Tony, NO!- exclamó, echándose a correr hacia la parrilla sin preocuparse por el ruso.

Rusia observó desde la misma distancia cuando el otro se echó a correr. Sus ojos se posaron en el alien y...

- Vaya, es una pena que se haya quemado~ - dijo acercándose a su propio paso lento. Giró a ver en todas direcciones sin preocuparse realmente de la comida del americano y después volvió a mirarlo. - ¿Dónde están tus "amigos"?

Suponía que estaría hablando del molesto de Inglaterra y de Japón...

En aquellos momentos estaba ocupado lanzando los trozos llameantes de carne al suelo y dejando que Tony los cubriera con arena. Lamentaba que algo tan delicioso se hubiera desperdiciado así, pero bueno, al final aún quedaba bastante comida por ahí.

-Aunque me pregunto si bastará para alimentar a Rusia...- murmuró, en voz baja y para sí mismo.

Se volteó a mirar al soviético momentos después.

-¡Ah! ¿Pero qué no los estás viendo?- repuso, arqueando una ceja. El alien estaba de pie cerca de él aún sosteniendo el balde para construcción de castillos de arena, y la ballena se había acercado a la playa, curiosa.

Mira al americano y después observa de un lado a otro hasta que su mirada se posa en el alíen y pasa a la ballena... y nuevamente volvió a mirar el alíen.

- Ya recordé~ Lituania ya me había dicho en aquellos tiempos que... - aquí su mirada oscureció y su sonrisa se amplió un poco más- eran algo cercanos.

Cierto, ahora recordaba las miradas feas que el alíen le tiró una vez que Rusia se había acercado con Lituania.

- Que amigos tan interesantes. Es tan de ti, America-kun. Uhuhum~

-Eh?- le sonrió.

Le había dedicado una fracción de sus pensamientos a Lituania.

-¿Tener amigos, dices? So unlike you... -La comida se echó a perder!- repuso rápidamente. -Pero aún queda una poca, espero que baste para satisfacer tu grangran apetito.

Señaló la no tan enorme como le gustaría pila de hamburguesas, pero a final de cuentas enorme.

- No, gracias~ no quiero el tipo de grasa que se queda en las arterias, pero todos sabemos que ya estas acostumbrada a ella, - respondió de forma natural, a la vez que posaba sus ojos extrañamente en la ballena, interesándose de pronto en ella. - Parece agradable el lugar, creo que me quedare un tiempo más por aquí.

-Supongo que la que te gusta es la que fluye directamente a tu estómago.- repuso, alegremente, sin fijarse demasiado en la ballena.

El fuego había comenzado a apagarse, así que decidó que la parrillada había terminado. Le indicó a Tony que le ayudara a disponer la mesa de madera que habían traído, con todo y mantel de cuadros blancos y rojos y canasta de día de campo incluída mientras él tomaba en brazos la pila de hamburguesas.

-Creo que ya no falta nada.- estaba hablando más para sí mismo.

- Fufu, pero que atrevido (8)

Este lugar era de un agradable cálido, si hacíamos a un lado a América, pero igual faltaba... algo... algo. Como...

Mete nuevamente su mano en su mochila y al buscar entre varias cosas, saca su botella de...

- Vodkaaa!~- exclamó alegre, abriéndola de una. Le dio un sorbo y tomó una aleta de la ballena para arrastrarlacaminar juntos hacia en dirección de los demás. El americano no le había invitado nada, pero al final, todos aceptan un Rusia y/y.

-Pensandolo bien tus amigos son interesantes.

Se arrastró dando tumbos hasta la mesa de madera donde dejó caer la pila de comida que apenas si lo dejaba ver.

-Of course!- consiguió responder, secándose la frente con un brazo. Gira el rostro para ver a Rusia. Otra vez está tomando eso sin pedirle un poco de su deliciosa Coca, por lo que hizo un puchero. -Ah, ¿te gusta? Me costó mucho hacerme su amigo para que viniera conmigo a mi casa así que consíguete la tuya. A Liet también le gustaba mucho.

Se dejó caer sobre el asiento de madera, junto al alien. Ya tenía un par de hamburguesas sostenidas una en cada mano.